38 años pasaron entre julio de 1816, cuando los habitantes del ex-virreinato del Río de La Plata, decidieron separarse definitivamente de España y la asunción de Justo José de Urquiza, en 1854, como primer Presidente de La Nación Argentina.
Luego, 62 años para que Hipólito Yrigoyen, fuera elegido en 1916 con auténtica participación popular, bajo la "Ley Sáenz Peña" de sufragio universal (aunque sin voto femenino).
En 1930 perdimos el rumbo, el derrocamiento de Yrigoyen, fué el inicio del mal que todavía nos afecta.
El Estado Argentino perdió la condición fundamental de propiedad del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.
A partir de ahí el Estado es del gobierno, sin importar su condición, de facto y respaldado por una minoría ó legal y elegido por la mayoría.
Como apropiarse del Estado, significa gozar de muchos privilegios, que generan resentimiento en los que se sienten excluídos, caemos en las circunstancias que se repiten cíclicamente: Gobierno que se debilita es boleta.
Así es como la promulgación de los derechos sociales y laborales (justicia social) que son la sustancia de los Estados modernos (Art. 14 bis, de la reforma constitucional de 1957) por ahora es una conquista "caligráfica".
Y así seguirá mientras no se modifiquen dos aspectos claves de nuestra arquitectura legal- institucional.
- Terminar con el monopolio en la actividad sindical y los "negocios" que permite el sindicato único por rama.
- Establecer una política impositiva cuya columna vertebral sea el impuesto a las ganancias.
Además ese costo laboral con "yapa" impide a las pequeñas empresas y nuevos emprendimientos, grandes demandantes de empleos, blanquear a sus empleados.
El impuesto a las ganancias es el único que pagan "los ricos" ó por lo menos los que tuvieron la suerte ó la virtud de tener ganancias en el período fiscal anterior. En cambio IVA, ingresos brutos y esa multitud de impuestos específicos a productos y servicios, en épocas de bonanza, se trasladan al consumidor, sin distinguir su situación y en momentos recesivos, cuando baja el consumo, retroceden hacia las empresas, aumentando las quiebras y el desempleo.
Tuvimos por lo menos treinta mil desaparecidos y el desastre de Malvinas, para que las Fuerzas Armadas salieran definitivamente del escenario político.
Quién sabe el costo y el tiempo para el cambio de la actual oligarquía político-sindical, por lo que seguramente es la aspiración de la mayoría: Justicia social bajo el sistema representativo, republicano y federal.
4 comentarios:
En algunas oportunidades he leído tus reflexiones sobre temas históricos y de actualidad, y siempre me hacen mucho ruido.
Pero la afirmación, que el trabajo en negro es responsabilidad de los sindicatos es la gota que colmo el vaso.
El trabajo en negro en todos los sectores económicos esresponsabilidad de la clse empresarial argentina, debido a que no declaran a sus trabajadores, para que la oligarquía empresarios se ahorren el costo labora, en sociedad con el Estado, que no controla, y los sindicatos de la CGT que traicionan a sus afiliados.
Seria interesante discutir el sistema de representación de los trabajadores, que por ejemplo se le de la personería sindical a la CTA, y otras cuestiones.
Por otra parte hacer responsable a los sindicatos de la pobreza estructural en nuestro pais, es una barbaridad, es una locura, es una burrada.
Tendrías que ser mas serio.
Juan Rivas
Creo que la justicia social y el sindicalismo son dos conceptos antagonicos : el primero apunta a rescatar el hecho de igualdad de oportunidades y tratamiento para todas las personas de este pais; el segundo es el organo politizado de la defensa de "los trabajadores", ergo intereses de un solo tipo de componente societal.
No creo que el sindicalismo sea el unico defensor autorizado de la justicia social, ni creo que lo merezca, pero tampoco creo que sea el unico que impida que esa justicia se incremente.
Gracias juan por comentar.
Respuesta: Este post no es un tratado de política económica que cubre todos los temas. Apunto dos y los desarrollo sintéticamente y con mi visión, que es tan parcial como la tuya, también tené en cuenta que los argumentos enriquecen más el debate que los adjetivos.
JMB
Hola MCC
No deberían ser antagónicos, es más, un sindicalismo plural y de bases genuinas, sería uno de los puntales de la justicia social.
Hay un amplio campo de acción gremial, además de la negociación colectiva de salarios.
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