viernes, 12 de febrero de 2010

ROSAS, PERÓN, KIRCHNER



No se puede prescindir del liderazgo en la organización social, porque la alternativa es la anarquía, pero una cosa es el mando sin límites en las atribuciones y períodos y otra cosa es la república.
Ahora bien, siempre habrá líderes que intentaran tomar todo el poder.
No alcanza con redactar y aprobar una Constitución  bajo el modelo representativo, republicano y federal.
Hacen falta republicanos y que por lo menos, sean la primera minoría.
El republicanismo es una conducta aprendida, requiere condiciones materiales mínimas: un techo, cuatro paredes y tres comidas diarias
Y también condiciones morales mínimas: responsabilidad por los actos propios y vocación por la convivencia pacífica, bajo reglas comunes.

Como vemos, no es un privilegio para unos pocos, alcanzar la condición mencionada, peeero hay un problema: “Billetera, mata republicano”.

Y así en 200 años de orfandad republicana, prosperaron muchos dictadores y caudillos que arbitrariamente, dividiré en dos grupos.

Los impopulares: Llegaron a la cumbre como líderes de la corporación que asaltaba el poder, el ejemplo clásico es el del jefe del Ejército.
Nunca tuvieron mucho poder personal, siempre estuvieron condicionados por los mandos inferiores, que le bajaban el pulgar, si no los consultaban para las decisiones importantes.

Los populares: Estos si que tuvieron la sartén por el mango y el mango también. De los dos primeros dan fe sus herederos y del último veremos cuando los jueces se animen a investigar.
Los tres hicieron un culto de la familia: solo compartieron el poder con las esposas, Encarnación Ezcurra, María Eva Duarte-Isabel Martinez y Cristina Fernandez.
Después de Rosas, las familias patricias, apostaron fuerte por la república y La Argentina fue el granero del mundo y el destino soñado por los inmigrantes.
Después de Perón nos cocinamos en nuestros odios y desencuentros.
Pronto habrá un después de Kirchner, argentinos y argentinas, hagan sus apuestas.