viernes, 16 de julio de 2010

DEMASIADO LEJOS



Acerca de los límites del universo y la estupidez humana, del primero tengo dudas.
Albert Einstein

No se conformaron Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler con dominar la mitad de Europa, quisieron conquistar Moscú, pero la distancia y “el general invierno” los llevaron a la decadencia y derrota final. Tampoco estaba en los planes del General Galtieri, convocar a elecciones para normalizar la situación institucional del país. “Las urnas están bien guardadas”  decía, mientras pensaba para sí una plaza de Mayo como la del 17 octubre de 1945, luego de realizar el trámite de reconquistar las islas Malvinas.
El poder corrompe, pero además lleva a las personas a creerse invencibles, a que inevitablemente se hará su voluntad.
También creyó Néstor Kirchner, que para imponer retenciones a los productos agropecuarios (móviles en una banda del 35 al 60 % en el caso de la soja), bastaba con firmar una resolución encuadrada en las facultades delegadas en el poder ejecutivo.
Zarpazos impositivos y rebajas salariales son misiones imposibles en sistemas democráticos, por algo el bolsillo es la víscera más sensible del hombre.
La retirada del matrimonio presidencial es irreversible, teniendo en cuenta que comenzó desde una posición de poder concentrado, casi inédita en la historia argentina. El control del partido dominante y la mitad de la principal oposición (radicales K), amplias mayorías parlamentarias que permitían el manejo irrestricto de “la caja”, el control del Consejo de la Magistratura y comisiones de juicio político para “vigilar” a los jueces independientes y “premiar” a los coimeros. Y como la frutilla del postre, la posibilidad de cuatro mandatos constitucionales y una sola conducción.
Si  los mandatarios leyeran atentamente la historia, porque son protagonistas de la que se escribirá en un futuro, nos ahorrarían muchos problemas.