jueves, 25 de septiembre de 2008

EL EFECTO BÚMERAN

Hace muuuchos años, cuando los humanos vivían agrupados en tribus nómades, descubrieron ó crearon las primeras herramientas y la división del trabajo, también aplicaban a su rudimentaria organización social, el concepto de Marx y Engels: De cada uno, según su capacidad, a cada uno, según su necesidad.

Tomándose varios milenios, descubrieron las ventajas de la cría de animales domésticos, la agricultura y la vivienda permanente.

Luego las ventajas de acumular en la abundancia, para el tiempo de la escasez, después quien acumula, descubre “el trueque”.

Y así, a partir de ahí, espontáneamente, nació el sistema capitalista.

Andando el tiempo, se impuso “el cambio indirecto”, algunos bienes, más fáciles de transportar, dividir y aceptados por todos, cumplían la doble función: Bienes de uso y de pago.

La sal fue uno de los primeros, de ahí el concepto de “salario” como pago.

Al popularizarse el oro y la plata, como medios de acumulación y de pagos, inauguramos uno de los siete pecados capitales: La codicia.

La necesidad de guardar estos metales acuñados en monedas, en lugar seguro, dio nacimiento a esas personas que nunca tuvieron buena prensa: Los banqueros. Luego vino el crédito, los intereses, las garantías y ya tenemos el capitalismo, muy parecido al actual, con sector financiero y productivo.

Había un problema, Cristóbal Colón había inaugurado el comercio global, ahora el oro de los pagos tenía que cruzar los océanos, en frágiles carabelas y al acecho de “los codiciosos piratas”. Alguien inauguró los servicios financieros: Pagos compensados entre importadores y exportadores en cada país, al final de un período, sólo viajaba el saldo remanente del puerto deudor al acreedor.

Llegamos al siglo 19 y el oro fue perdiendo lentamente una de sus funciones monetarias, la de medio de cambio, fue reemplazado por “papel moneda” emitido por bancos que guardaban oro en la función de resguardo de valor.

También el sector productivo se fue “empapelando”, las empresas se fraccionaron en acciones, emitieron bonos, los gobiernos se apropiaron de la emisión de dinero, a través de los bancos centrales, además de emitir bonos que se cancelarán con los aportes de los futuros contribuyentes.

Y así desde 1920, inauguramos la era de los ciclos económicos, durante la expansión crediticia, aumenta la demanda de dinero y la recaudación de impuestos, (gobernantes contentos) el valor de los activos (empresarios contentos) también el consumo, los salarios y la demanda de empleo.

En algún momento alguien infectado por la codicia, realiza con éxito la primera operación financiera, con garantía precaria (Lanza el búmeran).

Ahora en el reino de las finanzas, nunca se pone el sol, los “papeles basura” se multiplican geométricamente, pero en algún momento, el crédito, debe volver a su equivalencia con el ahorro, es ahí cuando el búmeran vuelve, recortando el exceso.

JMB 25/09/08

lunes, 22 de septiembre de 2008

MERCADOS ALTERADOS

Desde que los Kirchner ganaron la elección de octubre de 2005, con la estratégica estructura peronista de la provincia de Buenos Aires, como premio mayor, decidieron un cambio de política económica.

Con Alfonso Prat Gay en el Banco Central y Roberto Lavagna en el Ministerio de Economía, había una política de sintonía fina con los mercados que integran el sistema productivo, para tratar de alcanzar, luego de la crisis de 2001 el normal funcionamiento de los mismos, condición necesaria para integrarnos y obtener beneficios del mercado mundial.

Esta integración es medida por consultoras internacionales, que acaban de otorgar a Brasil el “Grado de inversión” lo que lo hace país elegible para nuevas inversiones con su secuela de creación de nuevas empresas y empleos.

No existen en el mundo, mercados libres en estado puro, la emisión estatal de papel moneda y las protecciones arancelarias, son más que suficientes para modificar los precios relativos, pero hay un consenso entre los economistas, más allá de las diversas escuelas, en “escuchar las señales de los mercados” y actuar teniéndolas muy en cuenta.

Así, por ejemplo desde 1995, Menem para sostener la convertibilidad tomaba dólares prestados y así se fueron acumulando intereses y vencimientos, en ese caso la señal del mercado era una pequeña devaluación del peso para disminuir las importaciones y sostener la convertibilidad con dólares de exportación.

También es probable que si a De la Rúa le hubiera tocado el aumento de los cereales de 2007-2008 habría terminado su mandato.

Ahora bien, a la política económica de los Kirchner no se la puede calificar por sus estrategias para actuar sobre las señales de los mercados, sobre la que hay varias tendencias, ortodoxas, heterodoxas y con diversos grados de intervención y regulación gubernamental.

Para ser leves diremos que decidieron ignorar la economía como ciencia, ó tal vez se creen los iluminados creadores de una nueva economía.

Entonces tenemos, en el más alto nivel de decisiones públicas dos ignorantes de los más peligrosos: Los que creen que saben.

La salida con menor costo institucional y económico para los argentinos, es que en un acto de grandeza, designen en acuerdo con los intendentes del conurbano bonaerense y gobernadores peronistas, una renovación de los ministros y secretarios más importantes, para recrear un lema de otras épocas: Cristina en el gobierno, los jefes territoriales peronistas, en el poder,

José Manuel Blázquez 04/08/08

sábado, 13 de septiembre de 2008

DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO

Esta es una página sobre temas económicos y políticos.

Tendrá una frecuencia mensual, para hacer honor a la promesa del autor, de leer previamente mil páginas, antes de escribir una.

Habrá un mínimo de una semana, entre los hechos ó circunstancias y la redacción de los comentarios ó análisis.

No tendrán los conceptos vertidos, más valor que lo que puede dar la lectura atenta, paciente y continuada. La política y la economía son el reflejo de la compleja y contradictoria conducta humana.
A veces reaccionamos igual ante situaciones distintas, en otros casos, en situaciones iguales, actuamos distinto.

JMB